Después de 4 años viviendo en Aguascalientes, decidí que era momento de cerrar un ciclo. Deje mi trabajo en Softtek, mismo trabajo que me llevo a migrar a tierras hidro-cálidas (mucho, muy cálidas)
Han sido 4 años de vivencias y crecimiento muy marcado. Durante el viaje de regreso, recordé como llegue a Aguascalientes: Muerta de miedo.
Tenía miedo por lo que estaba dejando, por lo que sabía iba a perder en el camino y miedo por no llenar las expectativas de las personas que estaban confiando en mi y dandome un trabajo. Y lo que deje, aquí sigue (la mayoría) mi cuarto sigue siendo mi cueva, pues refleja quien soy. Perdí... no, no perdí, deje ir aquello que no me servía. Tenía mucho lastre por soltar y ya termine de perdonarme mis errores. En cuanto a llenar las expectativas, no sabría contestar, pues las expectativas que tenía sobre mi persona no salieron bien paradas. La realidad es que soy mi peor critico, y según lo que yo espero de mi, aún me falto por llenar algunas expectativas propias.
Aprendí muchisimo, de la vida, de las relaciones interpersonales y de mi propia existencia. Me reencontre con mi arte, la actuación. Tengo amigos que extraño muchisímo y ya espero un pretexto para ir a Aguascalientes para verlos. Me dieron un par de consejos, de esos que se guardan en el corazón y no se sueltan.
Por ahora estoy en una etapa de recuperación. Espero los resultados de mi examen CENEVAL. Quiero tomar nuevos retos, retos más grandes y ver de que soy capaz realmente. El único riesgo válido, es no aprender. Y sí, al parecer todo este viaje, me llevo a tomar el camino Zen, sin buscarlo ni quererlo. No crear lazos emocionales. Para vivir, se necesita bien poco, y es mejor dejar ir, y aceptar el dolor de la separación de forma madura. También me convencí de no dejar ciclos abiertos. Dejé pocos pendientes por allá, tal vez con la consciencia de que regresaré a completarlos y con ello veré a las personas que dejaron huella en mi.
Claro que antes de comenzar con esos retos, debo resolver un pequeño detalle de distracción y falta de concentración, además de manejo de estrés sin medicamentos.
Por lo pronto, a descansar.
Han sido 4 años de vivencias y crecimiento muy marcado. Durante el viaje de regreso, recordé como llegue a Aguascalientes: Muerta de miedo.
Tenía miedo por lo que estaba dejando, por lo que sabía iba a perder en el camino y miedo por no llenar las expectativas de las personas que estaban confiando en mi y dandome un trabajo. Y lo que deje, aquí sigue (la mayoría) mi cuarto sigue siendo mi cueva, pues refleja quien soy. Perdí... no, no perdí, deje ir aquello que no me servía. Tenía mucho lastre por soltar y ya termine de perdonarme mis errores. En cuanto a llenar las expectativas, no sabría contestar, pues las expectativas que tenía sobre mi persona no salieron bien paradas. La realidad es que soy mi peor critico, y según lo que yo espero de mi, aún me falto por llenar algunas expectativas propias.
Aprendí muchisimo, de la vida, de las relaciones interpersonales y de mi propia existencia. Me reencontre con mi arte, la actuación. Tengo amigos que extraño muchisímo y ya espero un pretexto para ir a Aguascalientes para verlos. Me dieron un par de consejos, de esos que se guardan en el corazón y no se sueltan.
Por ahora estoy en una etapa de recuperación. Espero los resultados de mi examen CENEVAL. Quiero tomar nuevos retos, retos más grandes y ver de que soy capaz realmente. El único riesgo válido, es no aprender. Y sí, al parecer todo este viaje, me llevo a tomar el camino Zen, sin buscarlo ni quererlo. No crear lazos emocionales. Para vivir, se necesita bien poco, y es mejor dejar ir, y aceptar el dolor de la separación de forma madura. También me convencí de no dejar ciclos abiertos. Dejé pocos pendientes por allá, tal vez con la consciencia de que regresaré a completarlos y con ello veré a las personas que dejaron huella en mi.
Claro que antes de comenzar con esos retos, debo resolver un pequeño detalle de distracción y falta de concentración, además de manejo de estrés sin medicamentos.
Por lo pronto, a descansar.
Bendiciones,