Dicen por ahì que cuando amas a alguien, las sensaciones son muchas; mariposas en el estomago, taquicardia, añoranza, deseo, idealización y dependencia.
Últimamente me he preguntado si realmente estoy enamorada, y si alguna vez lo estuve. Dicen que cuando estas enamorada, dejas todo por esa persona, lo entregas todo, cambias tu forma de ser y lo único que quieres es complacer a tu pareja. Dejando la vida, si no es que hasta el alma, en hacer feliz al otro.
Lo cierto es que mi concepto del amor, como muchas otras cosas, difiere en gran manera de lo que los demás opinan. No creo ni tantito, que el amor sea dependencia, no considero que al contraer un compromiso como el matrimonio o el compartir juntos la vida, quiera decir que debo dejar de ser yo. No porque este con una persona, a la que respeto, con la que comparto mi vida, que es un pilar muy importante y con quien deseo preservar la especie, voy a dejar de usar pantalones cortos, o vestidos veraniegos. El año pasado, en una reflexión de relaciones amorosas, entendí que al cambiar a mi pareja, al intentar cambiar su esencia, pierdo la razón por la que me enamoré de esa persona. Agradezco a Sophie Ellix Bextor el tono para esa reflexión.
Hoy por hoy, no siento mariposas en el estomago, no tengo taquicardía, no estoy idealizando, no añoro, y estoy trabajando en no convertirme en dependiente. Lo único vigente es el deseo de estar con esa persona. Ya tengo comprobado que no es soledad, ya tengo perro que me ladre, así que no busco estar con alguien solo por la compañía. Cuento los días para ver a Nanche, si; tengo planes para el futuro, tengo una visión de lo que quiero. Al día de hoy, mis planes incluyen a Nanche.
Todo este rollo no es de a gratis, cuando me pregunte si estaba enamorada o no, o si alguna vez lo estuve, como una de las consecuencias del drama de una relación de 8 años, llego a mis oidos la repetida frase, "si amas algo, dejalo ir; si regresa a ti es tuyo, si no, nunca lo fue". Claro, la única parte que siempre ha importado, es "si amas algo, dejalo ir", dejalo libre, dejalo ser.
Para mi amar, es respetar, entender, comprender, y aprender del otro. El amor no es una cirugía como lo llego a plantear Charles Baudelaire. Cierto es que debe haber negociación, uno tiene que ceder, se deben implantar roles y delegar responsabilidades. Una pareja es pues, una institución, un negocio, donde la moneda de cambio es el afecto y la comprensión. Y el negocio deja de funcionar cuando el respeto se pierde hacia alguna de las dos partes. Tal vez, en la siguiente ocasión, hable del respeto. Porque respetar es más que evitar los insultos y la devaluación de la autoestima del otro, producto de la ira del momento.
Luego llego otra frase, de mis películas favoritas, repetida una y otra vez por uno de mis grandes amigos: "Aprende a desprenderte de aquello que puedes perder". El maestro Yoda se referia claro, a la muerte de Padmé en Episodio III. El amor, como el descrito al principio, es un amor posesivo, donde solo uno puede tener la razón; uno es el dueño y el otro el esclavo, es la cirugía de Baudelaire. El amor de Anakin estaba lleno de pasión, de posesión, solo lo que el creía correcto podía ser valido. Pero el amor pasional, destruye... corrompe... debilita el alma, no del amado, pero del amante. Y un día volteas y el otro, ya no está ahí, y el te amo es por inercia, aunque lo que reina ya es solo una plana amistad, y mucha costumbre. Y no quieres decir se acabo, porque no te puedes desprender de esa persona. Eso no es amor, no para mi.
Así que, para mi, amor, es ver como mi pareja se desenvuelve en su propio mundo. Es ver como va creando su propio universo. Y corresponderle es darle una vista a mi universo, a mi mundo, a los rincones más oscuros de mi mente, esos lugares dónde los cristales cambian de forma y se produce la reflexión. Y es testigo de la transmutación de la idea en pensamiento.
A veces ocupa un sitio privilegiado, otras, debe esperar, como todos mis amigos, a que mis dedos bailen sobre el teclado, y expongan las ideas en un blog.
Cómo ven, la inspiración dejó de ahogarse, y ahora mi mente y mi corazón, necesitan desahogarse. Como advertencia les digo, es probable que mis reflexiones se tornen un tanto oscuras un tiempo, si acaso llego a publicar algo.
Bendiciones,