Escribir historias de ficción, aún basadas en el mundo real es una danza de la mente sobre el papel, siendo el medio de comunicación infalible, la pluma. Algunos escritores se inspiran con el repiquetear de las teclas, ya sea de una vieja máquina de escribir o del teclado de una computadora.
Las reglas básicas de escritura llegan a nosotros en los años intermedios de la educación básica y se refinan a lo largo de la secundaria y la preparatoria, estás reglas del idioma español son sólo teoría si no se aplican adecuadamente y se usan a diario en el lenguaje oral y escrito.
Enfrentemoslo, la gramática del español son confusas y es por eso que a la mayoría se nos olvida, por ejemplo, como escribir una oración con objeto directo e indirecto.
Para escribir, ¿De qué rayos me sirve esto? Sirve porque al escribir las oraciones de manera incorrecta se pierde intencionalidad en la historia, no es lo mismo decir El caballo blanco que El blanco caballo (Si ejemplo de segundo de primaria)
El lector no está viendo nuestro mundo, no crea el mundo que como escritores deseamos plasmar en las narraciones. El mundo que es creado (real o fantástico) se recrea en la mente del lector, y la correcta escritura de las oraciones, aunado con una buena ortográfia, ayudan al lector a sintetizar y comprender el mundo descrito. Creando en su mente dragones, hadas, elfos, orcos, naves espaciales, elevadores al espacio, osos parlantes, submarinos, krakens... reviviendo peleas hasta ese momento inexistentes entre extraterrestres y humanos.
El repaso de la gramática española y la lectura constante de obras originales del español (no traducciones) son escenciales para la buena escritura de narraciones, hay que recordar siempre, que un buen escritor, es también un excelente lector.
Bendiciones a tod@s
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