24 marzo, 2009

Entre mujeres...























No soy muy aficionada a ponerme en la piel de un personaje de ficción, a menos que sea una interpretación en un escenario. Eso de decir que soy tal o cual personaje de caricatura o de película no se me da tan fácil. Claro, soy una Jedi, pero no diria que soy Jocasta Nu. Tengo un montón de personajes favoritos, y la verdad, a las que más admiro es a este par de mujeres locas. Creo que son y personifican lo que quiero para mi, lo que quiero ser, los anhelos y las metas.

Estás son mis heroínas; una loca, exagerada, divertida, perseguida por la ley murphy, buscando al amor de su vida, encontrandolo en su hija, adora su trabajo y es una excelente abogada, que apesar de su apariencia, puede hacer temblar a un grandulon musculoso. No tiene miedo a hacer el ridículo incluso olfateando las pompis de Jon Bon Jovi. Apoya a sus amigos, aún en sus momentos más locos y defiende sus creencias y deseos. Esta mujer, es una mujer de poder.

Mi otra heroína es una mujer loca, atrapada en su adolescencia, ya pasa de los 30 y aún no encuentra al amor de su vida. Lleva un diario de su vida, es engañada fácilmente, a pesar de tener más de 30 es ingenua e inocente, busca sobre salir y todo le sale al revés. Es un caos ambulante, a pesar de ser muy capaz de levantar su propio peso, sigue buscando aquello que la llene completamente, y aprende, a la mala, que no todo es lo que parece, especialmente si se oculta detrás de una enigmatica y encantadora sonrisa con perfectos hoyuelos y ojos azules.

Ally McBeal y Bridget Jones para mí son lo que es una mujer, caotica, noble, tierna, fuerte, distraida, necesitada, amorosa, llena de ilusiones, de corazón frágil y a la vez capaz de dejar atrás a cualquiera que intente tirarla. Se deja caer, llora, hace berrinche, disfruta y saborea sus lagrimas, las siente, sabe lo que son las lagrimas y la tristeza. Comparte lo que siente, consuela y busca consuelo, y lo encuentra a veces, consolando a un amigo. Y al final, cuando la tormenta pasa, es simplemente un ser humano más fuerte, más sólido y más amoroso.

Lo que dicen es cierto, las mujeres tropezamos dos, tres, cuatro, n cantidad de veces con la misma piedra, pero también, reconocemos que cada caída es diferente, y con cada tropezón, aprendemos cosas nuevas. Siempre tendremos confianza en que las cosas pueden estar mejor, solo tenemos que entender que nuestras esperanzas, nunca, deben estar por encima de nosotras. El deseo de tener lo que queremos no debe ser a costa de nuestra integridad física o emocional.

Y solo nostras tenemos el poder para conceder a alguien permiso para amarnos, querernos o lastimarnos.

Quieranse mucho, bendiciones

No hay comentarios.: