08 abril, 2009

De Trabajo

Llegue a la empresa a las 8:00, la cita era a las 8:30. En recepción me dieron un gafete provisional para accesar. Algunos de mis compañeros ya estaban ahí, esperando.

Yo estaba muy nerviosa, no sabía que esperar. Tenía miedo de que me dijeran que se habían equivocado, que no era la persona correcta para el puesto, que lamentaban hacerme perder tiempo y dinero. Eso, claramente, hasta hoy no ha pasado.

A lo largo de estos dos años, he conocido un mundo nuevo. Y al principio me desilusione de la escuela. Todo lo que me habian enseñado lo tuve que desapender o re-ajustarlo a la vida productiva. Eso hizo que dejara de perseguir mi título y empezara a dejar la carrera en el olvido. Termine convenciendome de terminar la carrera, después de todo, el título es solo el listón al final de la pista, y quiero tocar ese listón.

Después de los 3 meses de preparación para los que fuí llamada, entre oficialmente al campo de espera. Ya estaba en la empresa, pero tenía que pasar por otro proceso de entrevista interna para quedar asignada a algún proyecto. Pasarón tres meses antes de obtener una entrevista, y tuve 4 entrevistas antes de quedar en mi actual proyecto.

Otra vez, los nervios hicieron su aparición. ¿Y si no era lo que ellos esperaban? Después de año y medio, los comentarios han sido favorables. Quiero seguir creciendo, aprendiendo más cosas. Me agrada el camino de carrera que escogí. Análisis, diseño y desarrollo. Las áreas que siempre me han gustado. Los nervios siguen presentes, pero cada vez son menos. Aún sigo pendiente, sé que nada es para siempre, que mi trabajo depende de mi esfuerzo y de las oportunidades que yo cree o que aproveche. Y segurié avanzando, hasta que ya no haya camino. Seguire aprendiendo, creciendo y buscando oportunidades, porque apenas voy empezando.

Bendiciones.

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