Este post debió salir la semana pasada, pero por cuestiones varias tuvo que esperar.
Hikaru, un nombre que ha dado vueltas en mi cabecilla desde hace algunos años. Tanto me obsesione con el nombre que buscando su significado fui a dar con la página de una artista gráfica y escritora peruana.
Siempre he imaginado a Hikaru como un gran Dragón Chino de color blanco con escamas plateadas y azules, ojos cálidos, y una textura suave y esponjosita. En resumén lo veo como mi espiritú guardián.
El año pasado, en Enero, encontre a un hermoso ser, tan lleno de luz que decidí llamarlo Hikaru. Esa cosilla hermosa, peluda, cálida y esponjosita fue mi mejor amigo por escasos 3 meses.
Acababa de cambiarme de casa, al ir al banco a realizar unos tramites, encontre un miníno blanco con negro escondiendose tras una maceta. Era hermoso, en cuanto lo toque se lanzó a mis brazos y no permitió que lo dejara. Con algo de preocupación lo lleve conmigo, total, mis roomies (historia para otro post) ya habían dicho que no tenían problema con que hubiera mascotas, y solo sería temporal (según yo)
Acabé por quedarme con el felpudo. Lo mimé, consentí, alimenté y quise mucho. A cambio recibí lamidas, caricias, ronroneos, maullidos y muchos momentos alegres.
Desafortunadamente, mis ex-roomies son una de esas personas con poca formalidad que he conocido. Y políticamente me pidieron que sacará a mi pequeño amigo de la casa. Le pedí a mi mamá que lo cuidara. Todo iba bien, hasta que un día, el travieso pequeño, salió de la casa para dar un paseo. Mi pequeñin, falleció atropellado.
Me odie, dejé que mis roomies me dijeran que hacer y no hice nada al respecto, eso fue el principio de sanar una parte de mi que estaba enferma (historia para otro post). Hikaru es el útlimo gatito que tuve. No más gatos, los minínos son espirítus libres, no se les puede retener, tal vez por eso me gustan tanto.
Hace un año de que mi Hikaru regreso al plano donde vino. Y sé que me sigue cuidando. Así como mi querida Tucky, Chirris, mi Maullicio, Cuca, Chiquiton, Cleo, Papos y los chicuelos de mi cuca... (En mi corazón espero que mis gatitos esten bien, tengo certeza que uno la pasa de maravilla, en un hogar donde es amada)
Cuiden mucho a esos compañeros incondicionales que son las mascotas, nos dan mucho y ellos solo se conforman con comida y una eventual caricia.
Bendiciones
Hikaru, un nombre que ha dado vueltas en mi cabecilla desde hace algunos años. Tanto me obsesione con el nombre que buscando su significado fui a dar con la página de una artista gráfica y escritora peruana.
Siempre he imaginado a Hikaru como un gran Dragón Chino de color blanco con escamas plateadas y azules, ojos cálidos, y una textura suave y esponjosita. En resumén lo veo como mi espiritú guardián.
El año pasado, en Enero, encontre a un hermoso ser, tan lleno de luz que decidí llamarlo Hikaru. Esa cosilla hermosa, peluda, cálida y esponjosita fue mi mejor amigo por escasos 3 meses.
Acababa de cambiarme de casa, al ir al banco a realizar unos tramites, encontre un miníno blanco con negro escondiendose tras una maceta. Era hermoso, en cuanto lo toque se lanzó a mis brazos y no permitió que lo dejara. Con algo de preocupación lo lleve conmigo, total, mis roomies (historia para otro post) ya habían dicho que no tenían problema con que hubiera mascotas, y solo sería temporal (según yo)
Acabé por quedarme con el felpudo. Lo mimé, consentí, alimenté y quise mucho. A cambio recibí lamidas, caricias, ronroneos, maullidos y muchos momentos alegres.
Desafortunadamente, mis ex-roomies son una de esas personas con poca formalidad que he conocido. Y políticamente me pidieron que sacará a mi pequeño amigo de la casa. Le pedí a mi mamá que lo cuidara. Todo iba bien, hasta que un día, el travieso pequeño, salió de la casa para dar un paseo. Mi pequeñin, falleció atropellado.
Me odie, dejé que mis roomies me dijeran que hacer y no hice nada al respecto, eso fue el principio de sanar una parte de mi que estaba enferma (historia para otro post). Hikaru es el útlimo gatito que tuve. No más gatos, los minínos son espirítus libres, no se les puede retener, tal vez por eso me gustan tanto.
Hace un año de que mi Hikaru regreso al plano donde vino. Y sé que me sigue cuidando. Así como mi querida Tucky, Chirris, mi Maullicio, Cuca, Chiquiton, Cleo, Papos y los chicuelos de mi cuca... (En mi corazón espero que mis gatitos esten bien, tengo certeza que uno la pasa de maravilla, en un hogar donde es amada)
Cuiden mucho a esos compañeros incondicionales que son las mascotas, nos dan mucho y ellos solo se conforman con comida y una eventual caricia.
Bendiciones
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