03 abril, 2010

Una aguja en un pajar



Esta semana fue de locos. Todo empezó jugando con mi chicuelillo, Nanche le lanzaba migajón y Dobby lo atrapaba, o hacía el intento. En una de esas, jaló un hilo que estaba sobre una caja. Y el hilo estaba enhebrado, en una agua de 6cm. La reacción fue tardía y después de un par de mordidas la aguja desapareció en la boca de Dobby.

Diez minutos después estabamos en la oficina del veterinario esperando a que llegara el MVZ. Unas horas después hablo para avisar que el chicuelo entro a cirugía. Fué una tarde larga, no es que no confíe en los doctores, pero la anestesia es traicionera, tanto en humanos como en animales. A mi chicuelo no le afecto tanto la anestesia, afortunadamente. El día después de la cirugía ya estaba mordiendo al MVZ (si, que culpa tienen los pobres, pero los animalitos se desquitan con ellos) Por la tarde mi chincual fué dado de alta, y aunque no puede comer sólidos todavía (la aguja probablemente estaba encajada en las paredes del estomago) ya da lata de querer salir a pasear, su herida ya cerro y no paso de un susto, a mi psique y mi bolsillo. Claro que si el veterinario no tuviera la experiencia, mi perrito no la contaba. La aguja estaba alojada del lado izquierdo del estomago, si mi perro tocía o, al despertar del tranquilizante, vomitaba, la aguja bien podía a travezar el estomago e incrustarse en el corazón.

Si bien la recuperación no ha sido tan traumatica, pues no requirio del cuello isabelino (el cono que les ponen para que no se laman las heridas) si hubo que cuidarlo de que no saltara, corriera o se mojara su herida. De correr no hubo mucho problema, Dobby solito parecía decir ouch, ouch, cada que intentaba correr. Y la comida especial le gusto mucho, ahora ya solo esta con gerber, y parece que ya podrá comer croquetas remojadas. Conforme pasan los días da más lata, por lo que infiero que ya esta mejor.

Este incidente ha servido para que me replantee muchas cosas en mi vida y que me diera cuenta de algunos vacíos en los que aún caigo. Y como en su momento me dijieran, ¿y qué si fuera un niño?

Muchas cosas en que pensar, y me quedan la aguja y la panza cocida de mi chincualillo como recuerdo de aquello que aún me falta por aprender.x

Bendiciones a todos,

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